
Y el Iftar mas bien parecía una boda occidental, con sus mesas redondas y una mesa presidencial, con un montón de comida y los platos típicos de estas fechas en cantidad suficiente para dar de comer a media china. Eso si, los únicos que hablábamos eramos nosotros porque sólo se oía el tintineo de los vasos y los cubiertos chocar contra la vajilla.
A pesar de todas esas buenas impresiones y estar gratamente sorprendidos por el lugar y por la comida tenían un par de absurdeces propias tales como la de disponer de dos retroproyectores enormes con televisión por satélite para entretener a la gente mientras comía, y la otra mas propia de obviar detalles y aparentar. Resulta que en el jardín donde estábamos comiendo tiene dos obeliscos pequeños, pues en vez de adaptar las mesas a los obeliscos pusieron la mesa presidencial delante de uno de ellos, de tal forma que los que estában sentados en el centro lo único que tenían delante era el dichoso obelisco.
Cosas del desierto.
Me gustaría que pusieses más fotos. Lo del obelisco no lo he terminado de pillar.
ResponderEliminarA mi también me gustaría, pero de vez en cuando esto está un poco rebelede y se hace imposible. Iba a subir 2 mas, pero me cansé de tanto intento frustrado.
ResponderEliminarNo te preocupes que las verás.