Cuando la gente hace oposiciones a la Sociedad Secreta

Hay veces en las que la estupidez humana no tiene límites.
Todas las viviendas tienen una determinada potencia contratada con la correspondiente compañía eléctrica y así mismo tienen la instalación eléctrica preparada para dicha potencia. Todo el mundo que haya pasado por la escuela, aunque haya cursado "la E.S.O." , sabrá que si enchufa demasiados aparatos en casa, lo normal es que salten los famosos "plomos", que no es mas ni menos que un dispositivo de emergencia para que no friamos la instalación, y en ocasiones a nosotros mismos.
Para no liarnos demasiado, si tienes 5000w contratados y la potencia de todos tus aparatos lo supera pues entonces es cuando "saltan los plomos", para que no salte lo demás. ¿fácil eh?
Bueno pues para el gilipollas de mi vecino, no debe ser tan fácil. Después de ver que el diferencial de su casa no hacía mas que bajarse (si no tuviera la puta música a todo volumen, ni las dos teles encendidas, ni el lavavajillas, ni la lavadora ni el aire acondicionado pues no le saltaría con la mierda de potencia que tiene contratada), no se le ocurre ni mas ni menos que bajarse al cuarto de contadores para mirar no se el qué. (La otra trampa de la cuestión es el "desliz" de quien le abrió el cuarto de contadores, que también es para dejarle suelto).
La verdad es que bajarse sólo para mirar el cuarto de contadores con un destornillador y un alicate no da muy buena espina. El fulano coge con su maravilloso destornillador metálico no aislado (es el momento de recordar lo estupendos conductores de la electricidad que son los chismes metálicos), se pone a tocar entre los contadores y las diferentes conexiones que hay por ahí (para que te quejes de los del trabajo, Destructor). Y pasa lo que suele pasar en estos casos, que el garrulo hace masa, aquello pega un petardazo y se le aparece la virgen porque se funden dos fusibles de la conexión general, que entre otras cosas están para este tipo de subnormalidades y nos quedamos todos los vecinos a las 12 de la mañana un sábado de Agosto en Madrid sin luz. Y encima el hijo de puta ni pide perdón ni nada y se refugia en casa diciendo que sabía lo que hacía.
Así que nada, llamada a un electricista de 24h, al que le hicimos el agosto y en 5 horas asunto arreglado.

Hasta aquí la parte tolerante del cuento, a partir de ahora los datos ocultos;
El gilipollas en cuestión es un panchito que vive de alquiler y que bajó con la casera al cuarto de contadores, la muy cobarde en cuanto aquello pegó el petardazo salió por patas.
El muy mamón seguro que estaba haciendo las oposiciones a la sociedad secreta y como puede comprobarse estaba preparando el examen de septiembre porque el de junio lo suspendió.
Lo que no sabe el muy desdichado es la que le va a caer, porque aparte de la factura del electricista, también le va a llover la cuenta de desperfectos del género que tenían en la cámara un hogar del jubilado que sirve n-mil comidas todos los días y que pertenece a nuestro portal. Eso y los aparatos que se haya cargado.
No sé porque me da que en septiembre no le volvemos a ver. De momento como siga así, no aprueba ni en febrero.
Pues al final no me he cebado demasiado con él.

Todo esto me recuerda aquella vez que en la oficina de los cracks de Riyadh se acercaron dos pakis con los pies descalzos en un despacho que estaba inundado a arreglar una avería eléctrica. Si queréis buscáis la anécdota en el blog de equisese, que me encuentro muy perro para bucear en google.