sábado, mayo 26, 2007

El síndrome de Riyadh

A petición popular, vamos a hablar del síndrome de Estocolmo en Riyadh. Como aquí en teoría nadie viene en contra de su voluntad (hablo de los occidentales que vivimos en nuestra burbuja particular) ni estamos bajo un secuestro directo, creo que lo podríamos renombrar al síndrome de Riyadh.
Este síndrome se diferencia del de Estocolmo básicamente porque no hay uso de la fuerza, es decir, la gente aquí viene libremente, y "libremente" se puede marchar, de momento.
Las primeras impresiones suelen ser siempre las mismas, la gente llega en plan colonizador guay, pobrecitos inmigrantes, el islam no tiene la culpa, los árabes son muy majos y hospitalarios...
Luego pasan a la siguiente fase, esa en la que la sociedad secreta ha pasado a la acción y empeiza a hacer de las suyas, es decir, a putear al hombre blanco. Entonces los comentarios iniciales se tornan al signo contrario y el sufrido occidental empieza a adquirir actitudes de colonizador de verdad. Hasta aquí es todo común a solteros y familias, de estas ya hablaremos otro día.
Si el soltero es avispado y tiene suerte, logrará meterse en el mundillo de las fiestas. Momento en el cual pasará de la realidad infernal al mas puro espejismo del desierto. Aquí comienza el síndrome en todo su esplendor.
En un Pais gobernado por una teocracia, donde cualquier otro tipo de religión está prohibida y perseguida, adiós a la libre profesión de la fé. Donde las revistas occidentales llegan pintadas, no sea que se vea un muslo de mas o hombro escurridizo.
Un pais donde las mujeres no pueden conducir, tiene que ir tapadas y sin el marido no son nadie. Aquí directamente se socaba la palabara libertad en todo su esplendor.
Un Pais donde internet es censurado y filtrado, el único país que lo reconoce abiertamente y se jacta de ello.
Donde apenas hay radios libres, incluida la que tienen los americanos porque para eso son el imperio.
Donde censuran a los Bloggers que levantan la voz contra el sistema establecido.
Con una población de inmigrantes, mano de obra poco o nada cualificada, viviendo en una esclavitud encubierta, consentida y aceptada.
Aquí, donde está prohibido el consumo de alcohol y por supuesto de cualquier tipo de droga.
Este pais, donde los occidentales se refugian en guetos protegidos por la Guardia Nacional y donde existe la figura de la policía religiosa.
Pues bien, en este mismo pais, el occidental avispado puede ir a fiestas donde hay alcohol y se puede comer cerdo, donde hay mujeres solteras, azafatas, enfermeras... con las mismas ganas de sexo que elllos, alcanzando un nivel de vida impensable en sus paises de origen. Encerrados en esta burbuja tan frágil de la opulencia y el hedonismo, cruzando continuamente la legalidad impuesta en el país. Tan frecuentemente se hace, que se olvidan de lo frágil que es la burbuja en la que residen y que puede explotar en cualquier momento. Un susto y todo el mundo sale de estampida o se recluye en casa.
Ya no hay fiestas, ni alcohol de contrabando. De repente viene la cura y el país se convierte en lo que nunca dejó de ser, una teocracia sin libertades.
Este es el síndrome de Riyadh, bebete la última copa o echa el último polvo, puede que sea el último.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Pastor Tekena:

Me ha encantado tu homilia de hoy, sobretodo la parte de:
"Encerrados en esta burbuja tan frágil de la opulencia y el hedonismo, cruzando continuamente la legalidad impuesta en el país."

Es cierto que en este pais hay una presion social muy alta, en forma de censura, recorte de libertades y demas. Ahora bien, si estamos aqui es porque queremos (incluido tu) y nos compensa, si tan mal estamos (o estas) no se que hacemos aqui todavia.

En cuanto a incumplir la ley y la ultima copa... tu tranquilo que el dia que no me pueda tomar una copa o ir de fiesta, y no este agusto... abandonare el barco cual rata hedonista que soy.

VIVA EL SINDROME DE RIYADH, gracias a el, estoy agusto y soy feliz. DE MAYOR QUIERO SER UN TONTO FELIZ.

-=Tekena=- dijo...

Efectivamente, esa es una de las cosas por las que se diferencia del síndrome de Estocolmo, ¡¡¡Nadie viene obligado!!!

Anónimo dijo...

"Las primeras impresiones suelen ser siempre las mismas, la gente llega en plan colonizador guay, pobrecitos inmigrantes, el islam no tiene la culpa, los árabes son muy majos y hospitalarios...
Luego pasan a la siguiente fase, esa en la que la sociedad secreta ha pasado a la acción y empeiza a hacer de las suyas, es decir, a putear al hombre blanco. Entonces los comentarios iniciales se tornan al signo contrario y el sufrido occidental empieza a adquirir actitudes de colonizador de verdad"
Este párrafo si que es una perla. No sé tronco a lo mejor yo soy un tío muy raro, pero yo no he entrado en la famosa "segunda fase" de la que hablas. Sinceramente, a mi aún no me ha puteado seriamente la gente de aquí y sigo encontrando a los árabes muy hospitalarios. ¿Te has preguntado lo que piensan ellos de tí? A lo mejor los árabes del FAL piensan que somos unos gilipollas que vamos a nuestra bola y que pasamos de mezclarnos con los demás porque somos muy guays. A lo mejor piensan que somos unos maleducados porque no hablamos inglés ni aunque nos encañonen con una pistola...No sé Tekena, no sé. En cualquier caso, no generalices: síndrome de Riad, vale debuti, para tí no para todos.
Sin acritud.

-=Tekena=- dijo...

A ver si lo entendéis bien, este es mi puto blog personal, donde cuento lo que me parece y como me parece. Y podré estar mas o menos acertado, pero desde luego es mi subjetividad y no la tuya. Si no te parece bien no me des lecciones de moralina y plasmalo en tu blog, que para eso lo tienes.
Además, cuando escribí eso no pensaba precisamente en tí. Egocéntrico. Que os creéis los únicos occidentales de por aquí.

Para información "objetiva" compraros un periódico del lugar, al menos a ese si que le podéis rendir cuentas.
Y deja de poner "Sin acritud", que ya sé lo que pones, lo pones de corazón. Que parece que me pides perdón constantemente.

PD:
Lo que opine la gente de mí, me trae al fresco.

Anónimo dijo...

el gato es mío y me lo follo cuando quiero!
sin acritud.

-=Tekena=- dijo...

:P :P :P

Crispal dijo...

Lo que está claro es que no es lo mismo trabajar en un país como Arabia bajo la cobertura de la Embajada (con tu permiso de residencia diplomático, tu alcohol en casa y tus fiestas de embajada en embajada) que hacerlo para una empresa normal que te retiene el pasaporte nada más llegar y a cuyo jefe (sponsor) tienes que pedirle permiso hasta para mear. Al final esto viene a ser como la mili. Cada cual la cuenta como le va.

Anónimo dijo...

"Este es el síndrome de Riyadh, bebete la última copa o echa el último polvo, puede que sea el último."

Brillante, Tekena... a mí me parece brillante...

A eso le sumas un "Siempre nos quedará Sanse" y cuando quieras hacemos una peli!!

Anónimo dijo...

Yo no estoy en Arabia: así que supongo que me falta de todo para opinar sobre el síndrome. Pero vamos, que la entrada me ha gustado, literariamente hablando, jejeje.
Por otra parte, supongo que tiene que ser difícil para un occidental ver y oir ciertas cosas en países como en el que estáis. Aunque también es cierto que, en España como en Arabia como en Cuba, siempre hay gente que consigue aislarse bien de su entorno... ocurra en el lo que ocurra, por muy destructivo e inhumano que pueda ser.

Saludos
MMX