Otro domingo de martes

10-12-2006

Vaya chasco, hemos ido a probar el hammer a ver si Carlos se lo compra y resulta que el coche de prueba ha tenido un accidente unas horas antes. Y el único que tenían disponible en ese momento era un H2, no un H3....

La verdad es que a mi también me apetece comprarme un hammer, que leches. La pena es que aquí no soy persona. Así que no puedo comprarme un coche, ni una casa, ni siquiera puedo tener un móvil con un número local de forma legal.

Siendo realistas, en este pais aún está vigente la esclavitud. No para los foráneos pero si para los extranjeros que vienen a trabajar.

Si un pakistaní o un indio que tiene un contrato de trabajo quiere cambiar de empresa, no puede. Tiene que tener un permiso de su empresa actual para hacerlo. Además, esa empresa le tiene retenido el pasaporte con lo que técnicamente no hace nada que la empresa no quiere que haga.

De las mujeres mejor ni hablamos, que eso da para un capítulo aparte en la alianza de civilizaciones. Todo el día con la abbaya puesta. Vas por un centro comercial y parece que estás en hallowen, o que hay una congregación de Nâzgul.... Sin poder conducir, dependiendo del marido para hacer cualquier cosa....sin poder trabajar...

Desde nuestra burbuja particular vemos todo esto como quien mira una pecera, todo lleno de cosas extrañas y muy particulares. Y no te paras a ponerte en la piel de la gente de la calle. Ni siquiera puedes imaginártelo, es tan el lavado de coco que parece que no les molesta el sistema establecido.

Desde luego yo me quedo en mi burbuja occidental, que tampoco se está tan mal, y que quitando las cuatro tonterías que hay que respetar, la verdad es que aquí haces lo que te dá la gana. La postura cómoda del español medio.