Doha-Doha

El día antes de la carrera se resume en dormir un par de horas en el hotel, ir a mojar el culete con un petrolero al fondo al golfo pérsico, registrarme en mi hotel, comer en un Kudu, echarnos una siesta de campeonato y prepararse para la noche.
La noche no se puede resumir tanto. Buscando un bar decente de hotel en hotel es tarea complicada. Todos tienen pinta de garito inglés mal montado, con los partidos de la premier en los televisores y con ingleses apalancados en la barra, eso cuando no nos encontramos un garito de hotel que se las daba de disco fashion singular y sólo dejaba entrar a tías o a parejas. Lo único que encontramos medio potable fue un garito que se llama Cube y que parece una nave industrial reconvertida a discoteca, con su zona guay a la que sólo podían pasar las tías y algún enchufado. Tampoco es que tuviera nada especial la zonita reservada, me imagino que solo la mierda de la exclusividad.
cuando llegamos al garito estaba actuando un banda con 3 asiáticas intentando moverse como latinas. Empeño le ponían, pero donde no hay caderas, no hay nada que mover... bueno, ahora que recuerdo, si que he visto una mujer mover las caderas que no tenía, en las mil y una noches. Nada comparado con este trío de pedorras.
Lo otro tiene mejor arreglo, que para eso se inventó la silicona. Cuerpo trabajado en el gimnasio y estrofas fáciles, que para cantar bien ya estaba el guitarrista.
Todo eso aliñado con fotos de las chicas en bikini que han ido apareciendo en las revistillas para hombres.
Al menos se podía beber cerveza y ver un poco lo raro que era el personal. Y sobre todo comprobar que lo mas se lleva es el rollo occidental-oriental, es decir, tío con unos cuantos añitos con una asiática de acompañante.

Por si no os habéis dado cuenta, sigo hablando de un país árabe, pero con mujeres, alcohol y bastante permisividad. Una ciudad que se ve que se mueve hacia el turismo y que va bajando barreras, estos se huelen que el petróleo algún día se acabará.