Comer al aire libre y una de palomitas

El otro día empezamos a comer al aire libre, en el restaurante del Fal, al lado de la piscina. La verdad es que hace una temperatura muy agradable y a la sombra se está de lujo, el único pero es que luego hay que volver a trabajar porque entran unas ganas de siesta y una sensación de estar en la gloria tremendas. Para los que empiecen a tener envidias decirles que en dos meses esto se habrá acabado y no va a haber nadie que se atreva a comer fuera. Estaremos todo dentro con el aire acondicionado a tope.

Ayer tenía un poco de tiempo libre y me decidí a intentar hacer palomitas de maiz en una olla. Cuando se las vi hacer a Vero parecía muy fácil, así que no tuve ningún reparo en intentarlo. Hice un primer intento de prueba para ver que tal me salían y le resultado estuvo al borde del desastre porque casi se me chamuscaron. Convencido de que la siguiente me saldría mejor metí un buen puñado de granos de maiz, un buen chorro de aceite de oliva español y bajé bastante el fuego. Y a esperar. El sonido del maiz hinchándose y saltando me hacía presagiar que estaba en en el buen camino. Perfecto, no se quemó ninguna y se hicieron el 99%, un éxito. Sólo me queda pillarle el punto de sal porque me quedaron un pelín sosas. Pero que delicia, sin el sabor grasiento de las de sobre y el gustazo de prescindir del microondas.