Pereza y un poquito de jaram

Llevo una semana que me cuesta bastante escribir algo, quizás porque acceder a inet es cada vez mas complicado o pesado o quizás porque estoy empezando a entrar en una especie de rutina cansina. Es como una especie de parón mental para descansar, no se de qué pero para descansar.
Con la de cosas que me quedan por hacer, ordenar las fotografías, clasificar la música, rematar las cartas de los colonos (tenía la esperanza de acabarlas aquí)... casi ná.
Los horarios de los rezos van variando y mucho me temo que también tendrán algo que ver, ahora sales de trabajar y vayas a donde vayas vas a pillar rezo, toca esperar. Menudo coñazo.
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De vez en cuando la colonia española hace una reunión familiar, viene a ser como los domingos o así, para no perder las buenas costumbres. Ya sabeis, niños cantandos, un señor repartiendo ostias... lo normal. Tiene un regustillo especial, ya sabeis, todo lo prohibido sabe mejor.
Luego unos amigos nos invitaron a su casa donde nos sacaron unos manjares de esos que los autóctonos no saben apreciar. Pero como lo bueno escasea pidieron unas pizzas que no estaban nada mal. La oferta de las pizzas era que por una pizza te daban un plato de pasta. Con eso come todo un pueblo de Pakis durante una semana.