miércoles, febrero 21, 2007

Curso de condución Saudí. Lección 3

Hoy toca describir el comportamiento normal de la fauna automovilística. Fundamental para anticiparse a los peligros y riesgos inherentes en el desarrollo del tráfico rodado. (Como pretende ser un curso serio pues utilizo un lenguaje mas o menos rimbombante aunque bien lo podría haber dicho con menos palabras, porque para decir que es para evitar darse una ostia no hace falta tanta tontería)
Ya anticipé en anteriores lecciones la costumbre de llevar el móvil en la mano, elemento de clara distinción social. Sobre todo porque lo usan para ligar por bluetooth, alguna forma tienen que tener de ligar. Acompañando a esta costumbre está la del pié. Como la mayoría de los coches es automático digamos que les sobra una extremidad, así que como estorba pues la suelen dejar donde menos les molesta; levantada, recogida... en cualquier sitio menos en el propio.
Viendo esta curiosa costumbre es de suponer que los tiempos de reacción no son my generosos.
También hay que tener en cuenta la costumbre que tienen de cambiar de carril sin poner intermitentes, utilizando el método de meter el morro poco a poco y sin ganas de rectificar. Esto que en principio parece peligroso para un madrileño no es mas que un poquit de diversión. Acostumbrados a contrameter el morro para impedir que el listo de turno se cuele el uso de esta maniobra llena de stupor y sorpresa a los conductores obligándoles a recular y dejándoles por un momento descolocados. Momento en el que recurren a otra maniobra muy frecuente en esta ciudad; El adelantamiento por el arcen, la acera o por donde entren las 4 ruedas con tal de pasar al coche que tienen delante.

Esto que parece una coña es totalmente verídico y facilmente comprobable. si no hay sitio para adelantar y van a 200 pues en vez de frenar te pegan una pasada por el arcén, da igual si es el derecho o el izquierdo. Lo de la acera es mas infrecuente, pero no por ello raro. Si estás haciendo cola y ven que se pueden escabullir subiendo el coche un poco por la acera y llegando hasta el cruce lo intentarán. No se van a quedar con las ganas y esperar a que avance la cola.

Los semafors aquí son secuenciales, es decir que se van alternando según las agujas del reloj y sentido por sentido, no por direcciones. Y en todos los cruces está permitido girar a la derecha esté o no el semáforo en rojo.
Otra curiosidad es que en cualquier cruce se puede hacer un cambio de sentido completo y las calles grandes están llenas de cambios de sentido para evitar tenerse que ir hasta el próximo cruce. Claro que algunos les cuesta demasiado y en vez de utilizar el cambio de sentido correspondiente, utilizan el del contrario que les pilla mas cerca aunque eso suponga tomar una curva al revés.