jueves, febrero 08, 2007

Todo es Arabia menos para el tío Sam

Como el plan de hacer una escapada a Baherim? (a ver si tengo tiempo y pongo bien el nombre) no era viable, Julio nos consiguió el acceso a Javier y a mí a una fiestecilla en la embajada de E.E.U.U (que gilipollez es esa de los USA, no lo debería de usar nadie, no al menos hasta que cambien el nombre de Los Angeles por la otra horterada). Aquello es otra cosa, de entrada ver a los típicos marines (sin los uniformes del ejército, algo estilo paisano) con la pipa en la cartuchera y con el subfusil colgando y el dedo preparado ya te da la impresión de que estos no se andan con tonterías, y nada de tonterías de una tanqueta de esas medio cochamborosasdel ejército saudi, un hammer como dios manda.
De segundas nada mas llegar a la piscina donde se hacía la fiesta, una barra con comida y con chuletas de cerdo bien visibles y con una pinta escandalosa, que por supuesto probamos. Cerveza? que cerveza quieres? 6 o 7 marcas a elegir, lo mismo con el wisky. En las embajadas siempre hay alcohol y demás, pero para estos era de lo mas natural del mundo. La barra del Pub parecía un McDonalds.
No había mucha gente, pero como siempre vimos a un par de saudíes bastante chuzos. No estuvo mal.
El tío Salim nos cuenta que cuando las guerras del golfo, los americanos andaban a sus anchas por las calles de Riyadh, las mujeres del ejército conducían los hammer, llevaban la crucecita de la cruz roja y montaron unos cuantos supermercados para los soldados en donde por supuesto se podía comprar cerdo y alcohol.
El imperio moderno, al que nos guste o no rendímos pleitesía. (Por si alguien se atreve a dudarlo)

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